¡Aiya, roleros!
Esta vez os traemos un pequeño reportaje, sobre como conseguimos el patrocinio de las Tiendas.
Quedamos un sábado por la mañana. Al mando, el capitán de Yamato, Miguel López, ataviado con chaqueta negra y gafas de sol. Le seguían Eugenio y Carandell, con sus respectivas gafas opacas. Unos caballeros de negocios, si señor.
Con ese porte, se dirigieron a la primera parada de la ruta friki-comercial: Hobbytown.
Allí hablaron con el dueño, que con total amabilidad y mucha ilusión se comprometió a participar donando premios para las jornadas.
Pero eso no había hecho más que comenzar. La segunda parada era Fundación Kaufman, donde se unió la espectacular e inteligentísima Inma Diéguez, que agració a todos con su magnifica compañía, su inestimable presencia, su gran cordialidad (NOTA: Inma es la escritora de este FANTÁSTICO reportaje).
Esperamos a que la tienda abriese, ya que habíamos llegado unos minutos antes de la apertura. Nos encontramos con Koña, que nos recibió con una sonrisa y nos comentó varias ideas de rol en vivo como "La Cabeza de Tim" (sorpresa sorpresita... solo os adelantamos que OS VA A ENCANTAR) juegos muy originales, que seguro harán que muchos se lo pasen en grande y sobre todo, se diviertan, ya que vienen cargados de cachondeito.
La siguiente parada fue la famosa tienda Crash Cómics, donde Gabi nos atendió. De inmediato se interesó con el proyecto, diciéndonos que contásemos con Crash para las jornadas.
De paso ojeamos las estanterías y compramos unos cuantos cómics. Que le vamos a hacer, el espíritu freak sale de vez en cuando... hasta cuando estamos trabajando.
La expedición Yamato atracó en Estalia, donde estuvimos charlando con Fernando.
Mientras, resonaba el tintineo de los dados y el frufru de la cinta métrica que impregna los muros de la tienda. De nuevo, nos dedicamos a bichear estantería por estantería en busca de un manual que no tuviésemos o de un cómic que nos pudiese atraer.
Eugenio se quedo casi embrujado mirando los manuales.
Al final, los warhammeros dieron su apoyo al proyecto La Última Posada. ¡Misión completa!
Ya solo quedaba una tienda. La última parada. Nada mas cruzar la entrada, la nostalgia nos invadió. Se trataba de Ala Delta. Muchos de nosotros habíamos comprado nuestros primeros cómics y manuales de rol en esa tienda, en su antigua sede en Ollerías. Comentamos al propietario nuestros planes, y se mostró muy curioso.
Habiendo terminado la ruta, eran ya las 13h. ¡Hora de la cervecita! Nos fuimos al bar Correo y nos tomamos una birrita helada en Tendillas, satisfechos por haber cumplido nuestra misión.
Sin más, nos despedimos. Próximamente os contaremos más cotilleos sobre las jornadas, y sobre todo, sobre la organización de estas. ¡Estad atentos!
